Sonidos blancos para los bebés, un valioso aliado para dormir

¿Qué son, por qué y cómo utilizarlos para favorecer un sueño de calidad en los más pequeños?

https://www.chicco.es/dw/image/v2/BJJJ_PRD/on/demandware.static/-/Sites-Chicco-Spain-Library/es_ES/dw92611739/site/13-Consejos/Articulos/descanso/rumori_bianchi_neonato.jpg

Baño, caricias, canciones de cuna... ¡Dormir a los bebés puede convertirse en todo un reto! Una buena rutina para dormir puede incluir los "sonidos blancos", una solución sorprendentemente eficaz para favorecer el sueño de los más pequeños y mejorar su calidad. En este artículo, exploraremos qué son los sonidosblancos, cómo pueden facilitar el sueño de un bebé y cuáles son las indicaciones para un uso seguro y eficaz.

¿Qué son los sonidos blancos?

Los sonidos blancos son sonidos uniformes, repetitivos y constantes, un aliado perfecto para conciliar el sueño. Un sonido blanco logra enmascarar eficazmente otros ruidos ambientales, potencialmente molestos, porque sus frecuencias tienen una amplitud constante y logran incorporar todas las demás audibles.


Existen sonidos blancos naturales, como el sonido de las olas, el rugido del agua de un arroyo o de la lluvia, el ritmo regular de un corazón que late, y sonidos blancos artificiales, como la aspiradora, o el zumbido de un electrodoméstico, la lavadora, el ventilador, el sonido amortiguado de un avión.


Aunque el principio estos sonidos pueden parecer invasivos, a veces molestos, al cabo de unos minutos el cerebro tiende a acostumbrarse, "filtrándolos" de nuestra percepción consciente. A pesar de ello, el sonido sigue estando presente, atenuando otros ruidos ambientales.

Sonidos blancos para bebés: ¿por qué favorecen el sueño de los recién nacidos?

La eficacia de los sonidos blancos, concretamente los de tono bajo, para facilitar el sueño de los recién nacidos está ampliamente demostrada. Las pruebas científicas demuestran diversos beneficios. En primer lugar, los sonidos blancos favorecen la relajación y facilitan el sueño, tal y como confirman las directrices de la Academia Americana de Pediatría. Su uso también muestra una reducción significativa de los episodios de llanto y un aumento en la velocidad para conciliar el sueño.


Además, investigaciones exhaustivas han demostrado que la exposición al los sonidos blancos puede influir positivamente en parámetros vitales cruciales, como la regulación de rítmo cardíaco, el ritmo respiratorio, el control del dolor e incluso la saturación de oxígeno en la sangre. Algunos expertos sugieren que ciertos sonidos blancos pueden sincronizarse con la actividad cerebral de los recién nacidos, en particular con las frecuencias asociadas al sueño profundo, favoreciendo así un sueño más reparador.


Como hemos visto, los sonidos blancos también crean un ambiente sonoro uniforme que enmascara los ruidos molestos, atenuando el impacto de los sonidos repentinos o molestos. Este efecto ayuda al recién nacido a mantener un estado de calma, reduciendo los despertares repentinos y mejorando la calidad general del sueño. Algunos sonidos blancos, como el latido cardíaco simulado, recrean el entorno sonoro familiar del útero materno, lo que induce el recién nacido una sensación de seguridad y comodidad. Por ello, los sonidos blancos también son especialmente adecuados para los bebés prematuros y se utilizan a menudo en las unidades de cuidados intensivos neonatales para ayudar a los pequeños en la transición del entorno intrauterino al exteior.

¿Cuáles son los sonidos blancos más apreciados por los recién nacidos?

Los recién nacidos tienden a preferir los sonidos blancos que les recuerdan los sonidos que escuchaban en el útero materno, ya que estos sonidos pueden ofrecerles una sensación de seguridad y comodidad. Entre los ruidos blancos más apreciados por los recién nacidos se encuentran sin duda el latido del corazón, un sonido que escuchan constantemente durante el embarazo, pero también los ruidos continuos y monótonos producidos por elctrodomésticos como el secador de pelo, la aspiradora o el ventilador, todos ellos sonidos con un efecto sorprendentemente calmante en los recién nacidos. Entre los sonidos blancos de la naturaleza, se utilizan con frecuencia el sonido de las olas del mar, el de la lluvia y el ronroneo de un gato.


También hay que tener en cuenta que no todos los sonidos blancos para bebés son iguales y que cada niño es único. Por eso, los expertos recomiendan probar diferentes tipos de sonidos blancos para encontrar el más eficaz para tu bebé. Al hacerlo, es bueno observar cómo responde el bebé, buscando signos de relajación o, por el contrário, de malestar.


Estos sonidos pueden reproducirse mediante dispositivos específicos para sonidos blancos, como el Gatito ronroneador de Chicco, un peluche suave apto para su uso desde el nacimiento, que reproduce vibraciones relavantes como los ronroneos de los gatos y piezas de música clásica.

Cómo utilizar los sonidos blancos para bebés de forma segura y eficaz

Aunque los ruidos blancos pueden ser una herramienta muy valiosa, es fundamental utilizarlos correctamente para garantizar la seguridad y el bienestar del recién nacido, tomando precauciones específicas.


En primer lugar, es fundamental prestar atención al control del volumen. Los expertos recomiendan mantener el volumen de los sonidos blancos debajo de los 50 decibelos (dB), es decir, el volumen de una conversación tranquila, y colocar el dispositivo de reprodución a una distancia mínima de 2-3 metros de la cuna, procurando eviar ecos o amplificaciones indeseadas (a menos que se trate de un objeto diseñado específicamente para su uso con bebés). Un volumen demasiado alto comprometería la eficacia de los sonidos blancos, interfiriendo en el sueño, tanto en términos de calidad como de duración, y en el correcto desarrollo auditivo del niño.


Es importante prestar atención a la duración de la exposición al sonido blanco en los bebés. Se recomienda un uso intermitente para evitar que el niño desarrolle una dependencia excesiva de estos sonidos para conciliar el sueño: es mejor combinarlos con otras técnicas de relajación dentro de la rutina para dormir, como el baño nocturno o una canción de cuna. Por último, se recomienda limitar las sesiones a un máximo de 15-30 minutos, optando por productos con temporizador para el apagado automático o con ciclos preestablecidos.


Si se utilizan correctamente, pueden convertirse en parte de una rutina de sueño eficaz y en un valioso aliado para toda la familia.