Madres y estrés: algunos consejos para superarlo.

Como resolver entre emociones, desafíos, nuevas tareas y responsabilidades. Algunos consejos para superarlo

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Las madres en todo el mundo son madres, esposas, trabajadoras, consejeras, hermanas, amigas, tías, amantes, apasionadas, deportistas pero sobre todo mujeres. Parecería que las madres de hoy en día están cada vez más estresadas. Pero podemos salir de esto, veamos cómo.

Mamá cansada y estresada

Para una mujer, convertirse en madre puede significar muchas cosas, puede significar convertirse en adulta, activar un sentido de cuidado, vivir un amor verdadero y puro, pero ciertamente significa hacer coincidir otro aspecto importante de ti misma dentro de tu persona. Desde el embarazo, la mujer se da cuenta de cómo cambia la vida con un hijo y cuánto éste modifica aspectos físicos y psicológicos que la preocupan, y trata de imaginar cómo estos aspectos pueden integrarse en su persona. Precisamente la necesidad de conciliar nuevas tareas, roles y relaciones que una mujer tiene y tendrá que emprender en el transcurso de su vida, puede generar un fuerte estrés en las madres. Si bien “ser madre” se puede vivir como el “trabajo” más hermoso y gratificante de todos, no se puede decir que sea el menos agotador; muchas estadísticas muestran que las madres a menudo están estresadas. Sin embargo, esto no se debe únicamente al desempeño de su rol parental, sino sobre todo al intento continuo de integración y conciliación de compromisos y roles que involucran a la mujer en el contexto familiar, laboral, hogareño, de amistad y social. Entonces, ¿cómo lidiar con la carga psicológica y el estrés de la vida cotidiana?

Identificar prioridades

Reconocer y seleccionar actividades, pensamientos, expectativas o preocupaciones que son realmente importantes para nosotras y dejar de lado las más superficiales. Para evitar la sobrecarga física y psicológica es bueno entender cuáles son las actividades prácticas (como pasar tiempo en el parque con nuestro hijo) que creemos que son de primordial importancia y nos hacen sentir mejor con nosotras mismas. Al hacer una lista de cosas que no se pueden posponer, debemos ser conscientes de que algunas actividades se dejarán de lado o se pospondrán; esto no debería hacernos sentir menos capaces, sino simplemente puede hacernos más conscientes y presentes en lo que estamos haciendo.

Reconoce y comparte tus emociones

Ser madre no significa tener que estar siempre feliz o siempre de buen humor, muy a menudo te sientes cansada, nerviosa y preocupada. Sentir la presencia de emociones negativas no es señal de que se esté haciendo algo mal, pero puede significar que necesitamos un momento para detenernos y escuchar. Reconocer estas emociones, escucharlas y dejarlas ir ayuda a las personas a sentirse mejor; esto funciona aún más si hay alguien que pueda escucharlas y compartirlas con nosotros. Elegir un amigo, un familiar o un profesional, donde sientas la necesidad, de compartir tus esfuerzos significa crear un espacio en el que puedas regenerarte.

Hacer lo que nos gusta.

Cuando una se hace adulta y especialmente cuando se convierte en madre, pensamos que el deber es la brújula para guiarnos en el mundo. En realidad, el placer y la satisfacción son lo que mueve la motivación para hacer, lo que nos da energía y lo que nos ayuda a sentirnos bien. Por eso es importante dedicar aunque sea un poco de tiempo a lo que realmente nos gusta hacer para estar mejor con nosotros mismos y con los demás. El redescubrimiento de lo que realmente te gusta hacer, permite a las madres comprometidas con la escuela, las actividades extracurriculares, el trabajo y los compromisos cotidianos, encontrarse a sí mismas, independientemente de los roles que se encuentran constantemente desempeñando. Este tiempo es precioso para cada una de nosotras ya que realmente nos permite recordar lo que nos hace sentir bien. Hacer deporte, apuntarse a cursos creativos, ir al teatro, son actividades que permiten a nuestra mente concentrarse pero a la vez liberarse momentáneamente del estrés, pensamientos y preocupaciones. Las actividades de este tipo le dan a la persona la oportunidad de cambiar el enfoque hacia algo placentero y luego volver a tratar de una manera nueva y más enérgica los temas que le preocupan de cerca.

Delegar siempre que sea posible

Ser madre no significa poder hacer y gestionar todo por tu cuenta. Una buena mamá es una persona que cuida a sus hijos y sus necesidades pero que es consciente de cuándo puede o debe pedir ayuda para favorecerse a sí misma o sus hijos. Delegar en personas de confianza el cuidado de tus hijos o actividades diarias que no se pueden gestionar individualmente no nos convierte en peores madres, sino en unas madres sin duda más concienciadas.