Los primeros síntomas de embarazo

Si bien la respuesta definitiva la proporciona una prueba de embarazo, un retraso o una ausencia de la menstruación es la primera y más confiable señal de embarazo. Pero, ¿cuándo llegan los primeros síntomas de embarazo? Algunos de estos pueden aparecer inmediatamente después de la fertilización del óvulo, debido al nuevo equilibrio de hormonas en el cuerpo de la mujer: después de la implantación, las glándulas mamarias comienzan a crecer en preparación para la lactancia, lo que provoca tensión en los pechos que a veces puede ser dolorosa. Además, aumenta el suministro de sangre a los senos, los tejidos se endurecen y los pezones se vuelven prominentes y cambian a un color más oscuro.

Tras quedarse embarazadas, muchas mujeres se vuelven particularmente sensibles a los olores. Este fenómeno, que se llama hiperosmia del embarazo, está relacionado con el aumento de estrógeno en el cuerpo y sirve como un mecanismo de protección para la madre y el bebé. De hecho, la percepción de un olor desagradable ayuda a indicar entornos insalubres, alimentos nocivos o comportamientos que podrían ser perjudiciales para el feto. Esta hipersensibilidad a los olores a menudo se asocia con nauseas, un sabor amargo o la percepción de un sabor metálico en la boca; estos también son fenómenos protectores desencadenados por el aumento de estrógeno y progesterona.

Las náuseas y los vómitos por la mañana son signos típicos del embarazo, causados ​​por la gonadotropina coriónica humana (hCG), una hormona producida por el embrión al comienzo de la segunda semana de desarrollo. Algunas mujeres son muy sensibles a esta hormona, otras menos: por eso no todo el mundo experimenta los síntomas típicos del embarazo, e incluso una mujer puede sentir náuseas en uno de los embarazos, pero en otros no. Las primeras semanas también pueden ir acompañadas de fatiga y, a veces, incluso una sensación de vértigo, ambos provocados por una caída de la presión arterial.

El aumento de la producción de progesterona durante el embarazo puede provocar estreñimiento y una sensación de hinchazón en el abdomen. A medida que el útero crece, la parte inferior del abdomen también puede comenzar a sentirse tensa. Las mujeres a menudo sienten una sensación de desgarro en la ingle; esto se debe al aflojamiento de los ligamentos en esta área, causado por los cambios hormonales en el cuerpo, una señal de que está comenzando a adaptarse para adaptarse a la protuberancia creciente.