Elegir el nombre del bebé

Cómo escoger el mejor nombre para vuestro bebé.

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¿Cómo puedo llamar a mi hijo?

Elegir el nombre del bebé es uno de los mejores momentos compartidos entre los futuros padres, pero también causa muchas disputas: ¿Será niño o niña? ¿Cómo será? ¿Le pegará ese nombre? ¿Tiene diminutivo? ¿Alguna rima que queremos evitar? Estas son algunas preguntas que nos ayudan a imaginar el nombre que más le conviene, a elegir en función del gusto personal de los padres, o incluso a seguir la tradición familiar. A continuación te contamos algunos principios que te pueden ayudar a elegir cómo llamar a tu bebé.

Elegir según el origen y significado del nombre

“Sofisticado”, “poderoso y valiente”, “alegría”, “felicidad”, son algunos de los significados más populares cuando se elige el nombre entre toda la variedad de posibilidades. Muchos son clásicos, de origen griego, latino, alemán o hebreo, como Andrés, Ricardo, Alejandro, Sofía, Elena…, que tienen un significado preciso. También recuerdan a gobernantes, emperatrices o profetas, como Arturo, Marcus y Joel, pero hoy en día los medios de comunicación y la globalización popularizan otros nombres no por su significado sino por la popularidad de sus personajes. Hay muchas publicaciones impresas y digitales con listas de nombres de bebés y su correspondiente significado, o incluso la razón por la que se ha popularizado.

Buscando un nombre fuera de lo común

Los papás de hoy en día también buscan nombres menos frecuentes u originales. Elegir uno que sea menos común permite que el niño destaque y sienta que tiene algo especial. Además, algunos de ellos son curiosos y cuentas historias especiales. Sin embargo, ser original requiere cierto cuidado. Una elección inusual podría abrir la puerta a que otros niños se burlen de él o podría no reflejar su verdadera personalidad.

Manuel – Manu o Martina- Marti para abreviar

Ya has visto que hay muchos y sorprendentes nombres para tu bebé. Ya sean clásicos o fuera de lo común, elegir el correcto siempre requiere un poco de precaución y algo de reflexión. En primer lugar, ¿con qué apellido irá? ¿Funciona como un todo? Luego está la longitud. Si es demasiado largo, definitivamente se acortará. Sebas en lugar de Sebastián, Alex en vez de Alejandra… Puede que a sus abuelos les guste, pero ¿qué pasa con mamá y papá? Es mejor pensar en ello de antemano.

Test y chequeos en el segundo trimestre: ¿qué necesito?

Además de los clásicos análisis de sangre, una de las pruebas más comunes es el chequeo morfológico que suele llevarse a cabo entre las semanas 19-21 del embarazo. En este periodo, la pruebas más comunes para hacer seguimiento del embarazo y del bebé son:

  • Ecografías "nivel II", entre las semanas 18 y 20, para examinar la anatomía del bebé y confirmar que se está desarrollando normalmente. Se valorarán uno por uno todos los órganos y sistemas del feto (por eso se llama ecografía morfológica), y se ve si existe alguna malformación visible. También se estudia la placenta, el líquido amniótico, el cordón umbilical y el flujo sanguíneo que recibe el feto. También se valora el tamaño del cérvix.  
  • Análisis de glucosa, entre las semanas 24 y 28, se ven valores sanguíneos, anemia y otras alteraciones de la sangre, coagulación, funcionamiento del riñón e hígado, hierro, tiroides, colesterol, orina etc…y se realiza también el test de O´Sullivan para el diagnóstico de la diabetes gestacional. La diabetes gestacional es una forma de diabetes a corto plazo que padecen algunas mujeres durante el embarazo y que puede provocar problemas de salud para el bebé.

A lo largo del segundo trimestre del embarazo a algunas mujeres les ofrecen la posibilidad de hacerse más estudios y análisis por razones de edad, salud, antecedentes familiares, etc. Entre ellos, se incluyen los siguientes:

  • Cribado múltiple o evaluación de múltiples marcadores, entre las semanas 15 y 20, para descartar defectos del tubo neural (como espina bífida) y trastornos genéticos (como Síndrome de Down y trisomía del par 18).
  • Amniocentesis, entre las semanas 15 y 20, donde se extrae una muestra del líquido amniótico que rodea al bebé para verificar signos de problemas como trastornos cromosómicos, problemas genéticos y defectos del tubo neural.
  • Muestra percutánea de sangre del cordón umbilical, cordocentesis o muestra de sangre fetal, después de la semana 18, que examina la sangre fetal extraída directamente del cordón umbilical para detectar trastornos del feto. No se hace con tanta frecuencia como otros exámenes de diagnóstico (como la amniocentesis y la muestra del vello coriónico), pero puede recurrirse a este estudio si los resultados de otros exámenes no son concluyentes.