Un biberón lleno de amor

También los bebés que se alimentan con biberón pueden disfrutar del contacto y el cariño de la madre o el padre, como si estuvieran tomando el pecho.

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Por pasar al biberón (o lactancia artificial), sobre todo si no es una elección sino una necesidad, la madre no debe sentir que no cuida de su hijo y menos aún sentirse fracasada por no poder hacerlo.

Solo importa una cosa: que el bebé esté bien alimentado y se sienta querido en todo momento y en cualquier circunstancia. Es importante que el acto de tomar el biberón sea igual que el de dar el pecho, para que tanto la madre o el padre como el niño disfruten de este momento íntimo y mágico.

Un momento tranquilo, sereno.

El entorno debe ser tranquilo y relajado y los pequeños deben sentir el contacto y el cariño de la madre, aunque no estén agarrados directamente al pecho.

El momento de comer evoca una maravillosa combinación de emociones, un sentimiento de conexión, amor y ternura al que no hay por qué renunciar.

Al igual que al amamantar, es importante dedicar tiempo a dar de comer, lejos de barullos, ruidos y distracciones: un momento de paz en el que conectar mutuamente.

Implicar a papá.

La ventaja del biberón es que el papá puede implicarse directamente en este importante ritual.

De hecho, tras las primeras semanas de vida, los padres pueden experimentar la emoción de dar el biberón al bebé. Padre e hijo se conocen mejor y se acercan más, lo que pude evitar los sentimientos de celos, exclusión y abandono que con frecuencia sienten los nuevos papás.