¡Hoy comemos fuera!
Darle de comer fuera de casa, cenar en casa de los abuelos o llevarte al pequeño a un restaurante: las primeras comidas fuera con el bebé exigen un alto grado de organización.
Se ha demostrado que el niño conserva hasta la edad adulta los hábitos alimentarios aprendidos en los primeros años de vida.
De ahí la importancia de acostumbrar a tu bebé a probar diferentes sabores, con el fin de reducir en el futuro su desconfianza o rechazo hacia aquellos alimentos nuevos que nunca ha probado antes. Es importante que el pequeño conozca los sabores naturales de los alimentos, y sea capaz de diferenciarlos: en especial la fruta y la verdura de temporada, que se consumen en el punto óptimo de maduración, cuando el olor y el sabor son auténticos.
Lo mejor será ofrecerle papillas preparadas con ingredientes frescos elegidos por ti, sin añadir sal ni azúcar, a poder ser cocinados al vapor, para que no pierdan las propiedades nutritivas y el sabor natural.
Es así como podrás educar realmente a tu hijo en el sentido del gusto, para que una vez adulto esté en condiciones de consumir los ingredientes adecuados para llevar un estilo de vida sano.