10 consejos para cambiar el pañal de un bebé que llora
Trucos para cambiar fácilmente el pañal al bebé
Cambiar el pañal puede parecer una operación mecánica que se debe realizar rápidamente pero para el niño a menudo puede representar un momento de estrés e incomodidad: si durante el cambio de pañal el bebé se retuerce y llora. El cambiador se convierte en un campo de batalla, y para los padres la situación puede volverse imposible. ¡No entres en pánico! Aquí tienes algunos consejos útiles para afrontar el cambio de pañal con delicadeza, haciendo que el bebé se sienta a gusto y haciéndolo todo menos difícil.
¿Por qué los bebés lloran cuando les cambian?
Para empezar, no te preocupes: es completamente normal que tu bebé llore al cambiarle el pañal. Los motivos de este llanto pueden ser muchos y diferentes. Para muchos recién nacidos, el cambio de pañales es una situación completamente nueva y desconocida . También puede ser que al niño no le guste el paso del calor y el contacto con el cuidador boca arriba que, unido a la limitación de movimientos, sobre todo a partir de los 5 meses, puede llevar al niño a vivir este momento como una situación de malestar y estrés. Recuerda también que pasados los primeros meses el bebé empezará a moverse mucho más para explorar y mirar alrededor, y es normal que no quiera quedarse quieto.
¿Qué se necesita para cambiar a un bebé?
Para que esta operación sea lo más sencilla posible, antes de proceder, asegúrate de tener todo lo necesario a mano, preferiblemente en un cambiador, para que no sea necesario prolongar la situación más de lo necesario o moverse con el bebé, así arriesgándose a molestarlo más.
Consejos para que los cambios de pañal sean fáciles
A continuación te dejamos algunos consejos útiles para hacer delicado el momento del cambio transmitiendo una sensación de seguridad y haciendo que el niño se sienta a gusto.
- Encuentra el lugar adecuado: procura cambiarlo siempre en una habitación o en un ambiente tranquilo.
- Calienta bien la habitación: cuando desnudas al pequeño, la sensación de frío puede molestarle mucho. Siempre trata de hacer esto en un área cálida de la casa y si es necesario puedes usar una lámpara de calor.
- Elige el momento adecuado: algunos momentos son mejores que otros. Después de comer, por ejemplo, o cuando el bebé está tranquilo y relajado. Evita interrumpir un momento de juego, el niño podría irritarse.
- Busca una distracción: distrae al pequeño con un juguete o simplemente con el tubo de crema o hazle oír un ruido que pueda calmarlo. A los recién nacidos les gusta mucho el "ruido blanco", como el ruido del secador de pelo o la aspiradora, porque recuerdan los sonidos tal y como los escuchaban cuando aún estaban en la barriga de su madre.
- Háblale o cántale una canción: sopla en su barriga, hazle cosquillas o cántale canciones. En definitiva, aprovechar el cambio de pañal para dar mimos.
- Evita interrumpirlo mientras juega: si el niño está concentrado en una actividad, evita interrumpirlo bruscamente. Mejor anticiparle con un tono resolutivo que pronto habrá que cambiar.
- Vístelo cómodamente: en algunos casos los niños pueden molestarse por el cuello o las mangas demasiado ajustados. Procura utilizar ropa con el frente abierto, suave y sin costuras ni botones que le puedan molestar. Para saber más, lee también nuestro artículo sobre Cómo vestir a un recién nacido.
- Cámbialo en el suelo: si tu peque se niega a quedarse quieto en el cambiador, extiende una funda de cambiador en el suelo y actúa con rapidez en cuanto se presente la oportunidad.
- Cámbiale de pie: cuando los niños son mayores, les encanta pararse y mirar alrededor. Si la edad y las condiciones lo permiten, permítele ponerse de pie .
- Recluta a sus hermanitos o familia: los niños suelen estar más tranquilos cuando hay otra persona cerca (probablemente debido al efecto de distracción).
Por último, recuerda mantenerte lo más relajado posible, ya que los niños perciben las emociones de los adultos que los cuidan.
Cómo lavarle la nariz al bebé.
También la nariz exige una atención especial: no olvidemos que cuando el bebé respira por la nariz despejada, le resultará más fácil comer y dormir. Limpia los orificios nasales (primero uno y luego el otro) con una solución ligeramente salina.
Higiene oral: cuándo empezar.
Aunque tu niño sea solo un bebé y todavía no tenga dientes, el aseo diario no sería completo sin la higiene bucal. Después de comer, límpiale las encías con un gel específico para encías que desinfecte la boca del bebé.