Qué hacer para que el bebé se duerma

5 consejos para ayudar al niño a coger el sueño

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Los niños que duermen poco y no tienen una buena rutina de sueño son más irritables y tienen más dificultad para concentrarse, ya que tienen más dificultad para almacenar y procesar la información recibida durante el día. Además de garantizar un sueño correcto para los niños, es necesario garantizar las horas adecuadas de sueño. A continuación, te ofrecemos 5 consejos útiles sobre cómo ayudar a los bebés a dormir.

Evite televisores, tabletas y juegos estimulantes antes de ir a dormir.

No encienda el televisor y no utilice tablets, smartphone u ordenadores después de la cena, y en general no exponga a los niños a estímulos activadores como juegos tecnológicos durante demasiado tiempo y más allá de un tiempo determinado. La luz azul de los dispositivos electrónicos mantiene nuestro cerebro alerta al prevenir la producción normal de la hormona del sueño, la melatonina. Producida en la oscuridad, la melatonina acompaña a nuestro cuerpo para conciliar el sueño, por lo que es una buena costumbre atenuar las luces para facilitar el ir a la cama. No permita que los niños jueguen a juegos particularmente emocionantes antes de ir a dormir o durante cierto tiempo a lo largo del día.

Acuesta al niño temprano y siempre a la misma hora, asegurándote de que duerma lo suficiente.

Todos los niños por naturaleza siguen unos hábitos y no les gustan las sorpresas. Su sistema nervioso funciona mejor si la comida, el sueño y el juego ocurren en el mismo orden y aproximadamente al mismo tiempo. Los bebés aprenden rápidamente reglas pequeñas pero buenas, como acostarse siempre a la misma hora y en el mismo lugar. La previsibilidad los tranquiliza y permite que su sistema nervioso madure de la manera correcta. Es importante que los fines de semana los niños sigan la misma rutina, aunque ésta puede variar un poco, es importante no cambiar mucho las horas de levantarse/dormirse y hábitos previos de los niños.

Crea una rutina para que tu bebé se duerma.

Un ritual a la hora de dormir como cenar todos juntos, un baño relajante, cepillarse los dientes, etc., hará que el cuerpo del niño asocie esas actividades con el momento de irse a la cama y su cuerpo entenderá que ha llegado la hora dormirse. Además puedes acompañar estas rutinas con algo aún más reconfortante como leer un cuento o cantar una canción de cuna. Estas rutinas normalmente reducirán los niveles de la hormona cerebral responsable del estrés, el cortisol, y así facilitará el sueño.

No acostarse con hambre ni cenar demasiado.

Irse a la cama con hambre o con la tripa muy llena puede hacer que los niños pierdan el sueño, o que se despierten varias veces por la noche y no cojan bien el sueño. Lo más conveniente es que el niño se acueste una hora u hora y media después de haber cenado, y si aún asi tiene hambre, puedes ofrecerle un poco de leche o fruta para ver si así cogen mejor el sueño.

Agotar la energía durante el día para estar cansado por la noche.

Los niños cuentan con una gran energía que en ocasiones hace que los adultos no podamos seguirles el ritmo. Es por eso que durante el día los niños tienen que jugar al aire libre y realizar ejercicio físico. Es muy importante jugar con luz natural y realizar actividades que requieran mucha actividad física o mental, para que, llegada la noche, el niño descanse plácidamente para recargar su energía.