Objetos transicionales, la importancia para los niños

La elección completamente personal del objeto transicional tiene lugar aproximadamente cuando el niño comienza con las primeras exploraciones: camina, se mueve en el entorno, busca otros estímulos. En pocas palabras, poco a poco se separa de la figura materna porque se siente atraído por el mundo exterior y lo que puede ofrecerle. Pero en esta exploración hay tanta fascinación como inquietud: de ahí la elección de un "amigo" que, como si fuera su madre, lo acompaña de la mano en sus nuevas aventuras.

El objeto transicional seguirá al niño en todas las aventuras, encarnará todas sus emociones, reemplazará todo lo que le falta, le proporcionará todo lo que necesita porque para el pequeño es mágico y puede hacer de todo, ¡por eso es una fuente de seguridad! Los padres tienen el deber de dar cabida a esta necesidad, ocupándose de su elemento transitorio y cuidando de este. Por lo general, es un animal de peluche o una marioneta, pero también podría ser una manta o su chupete favorito. El objeto huele a hogar, a madre, a calidez y seguridad. Es por eso que se recomienda lavarlo poco, esto asegura el olor que el bebé está buscando.

La escuela es uno de los ambientes más importantes en los que se le lleva. Tan pronto como llega a la escuela, puede suceder que el niño lo mantenga cerca durante mucho tiempo, así como también puede dejarlo de inmediato. Es bueno que en algún momento el objeto transicional encuentre un lugar muy concreto: una cesta en el aula, el armario, un cajón... Una vez identificado el lugar, y por tanto el niño ha recuperado la confianza, podrá comprometerse con nuevas experiencias y aprender de ellas. Recordemos incluirlo también en nuestra lista de verificación de viaje, de esta manera evitaremos experiencias traumáticas mientras viajamos en automóvil.

Evitar que el niño lleve consigo lo que le ofrece confort psicológico no es funcional para su serenidad. Si los adultos que lo rodean aceptan esta necesidad, comprenderá más fácilmente que es bienvenido y escuchado incluso en sus momentos de dificultad. Será el niño el que quiera desprenderse de ella, cuando podrá moverse por las habitaciones con mayor facilidad, aceptando y gestionando la ausencia de su madre.