Cómo preparar el baño del bebé

El baño diario, sobre todo en los primeros meses, debe ser un momento de mimos y relajación para padres e hijos.

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Cuándo bañar al bebé.

Para los recién nacidos, la hora del baño es mucho más que higiene y limpieza: representa otra oportunidad de recibir abrazos y contacto con sus padres, y una ocasión de familiarizarse con el agua.

Al tener un efecto relajante, el baño es una forma fantástica de favorecer el sueño, de ahí que el momento propicio para realizar este ritual sea antes de la última comida de la tarde, y poco antes de irse a la cama.

La temperatura correcta del baño.

Para preparar el baño del bebé, es esencial comprobar siempre la temperatura del agua con un termómetro adecuado. No debe superar los 36-37 grados, mientras que la temperatura de la habitación debería rondar los 23 grados para que el bebé no sienta frío cuando salga del agua.

Productos específicos para el momento del baño.

Baña a tu pequeño con productos especiales que respeten su delicada piel. No deben contener jabón ni surfactantes como el SLES. En sus primeros días de vida, puedes usar un mismo producto para cuerpo y pelo. Elige uno específicamente diseñado que sea suave, emoliente y nutritivo para la piel del recién nacido con un Ph que no irrite los ojos.

Todo a mano, para nunca dejar solo a tu bebé en la bañera.

Cuando prepares el baño, asegúrate de tener a mano todo lo que necesitas antes de empezar. Cada cosa debe estar a tu alcance para que no tengas que dejar solo al bebé en la bañera o en el cambiador ni un instante.

Nada más salir del baño, envuélvelo de inmediato en un albornoz o en una toalla de rizo a tu bebé, la que es más cómoda para el niño. Sécalo después dando pequeños golpecitos en la piel, sin frotar.

Alarga la hora del baño con un masaje.

El baño, sobre todo si le sigue un buen masaje, ayuda a fortalecer la relación entre madre, padre e hijo y favorece el desarrollo del bebé. Masajea la piel del bebé con productos hidratantes y emolientes, especialmente si es seca.